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Área Profesional

Una ayuda frente a la hiperactividad infantil y juvenil

Dra. Emma Oliva

19 de noviembre de 2021

Allegro… ma non troppo!

La infancia lleva consigo bullicio, juegos y alegría, hasta el punto que si un niño permanece sentado y en silencio durante mucho rato seguramente va a preocupar a sus padres… Sin embargo, algunos chiquillos son demasiado revoltosos, resulta imposible conseguir que estén quietos un momento, exhiben una actividad imparable y tienen dificultades para mantener la atención. Esto muestra un particular comportamiento de su sistema nervioso que puede constituir un obstáculo para la vida escolar y familiar y la socialización con los amigos. ¡Son niños y jóvenes agitados al fin y al cabo!, pero es indudable que ponen nerviosos a los demás, enredan, son traviesos y pueden llevar a complicar la estabilidad del entorno y la suya propia.

Fenómenos como hiperactividad, dislexia o dispraxia pueden superponerse en estos niños y se estima que el 20% de la población caería en esta categoría. También se han descrito trastornos del estado de ánimo e intolerancia ante situaciones nuevas. Si no se corrige esta condición, más adelante podrá haber dificultades en el ámbito académico o laboral, poca organización y trastornos de memoria, revelando en todos estos casos una insuficiente capacidad adaptativa al entorno.

No obstante, pueden beneficiarse de una ayuda que facilite la integración en su medio social. Una buena integración reforzará su autoestima y propiciará la curiosidad, descubrimiento de intereses y desarrollo mantenido de sus habilidades.

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Se reconoce el importante papel de los AGPI (ácidos grasos poliinsaturados) en la prevención y abordaje de estos cuadros. Niños que no recibieron la adecuada nutrición de estos ácidos grasos han mostrado alteraciones funcionales del sistema nervioso y resultará de interés la suplementación con los mismos, sin olvidar que cada persona es un mundo y que infinidad de factores pueden influir en su comportamiento.

El cerebro tiene un 60% de grasa y de esta, un 30 % son ácidos grasos esenciales, es decir, no se pueden sintetizar en el organismo y la dieta constituye la fuente obligada para su obtención. Entre estos últimos, los conocidos omega 3 (W-3) y omega 6 (W-6), son indispensables ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga en la formación del tejido nervioso, su correcto funcionamiento y en mantener una buena agudeza visual, ya que representan más del 30% de los lípidos cerebrales y de los bastones y conos de la retina. Su papel principal reside en aportar fluidez a las membranas celulares y permitir el paso de proteínas.

Durante la vida fetal, es la madre quien aporta estos compuestos a través de la placenta y más tarde con la lactancia, pero con frecuencia este aporte puede resultar insuficiente. Se estima que el adecuado consumo de W-3 durante el embarazo puede ayudar a prevenir la depresión post parto, favorece una pronta maduración del patrón de sueño en los lactantes y disminuye la incidencia de trastornos nerviosos en la adolescencia.

En este sentido, la dieta del niño debería incluir un mínimo de dos o tres raciones de pescado azul de aguas frías (no piscifactoría) ricas en estos ácidos grasos. Algas, nueces, semillas de chia o krill en las ensaladas son opciones ricas en estos omegas, y evitar alimentos excesivamente procesados y azucarados. Frutas y verduras frescas se deberían consumir diariamente: contienen antioxidantes y vitaminas C y E que mejoran la vida útil de estas grasas y prolongan su efecto beneficioso sobre el organismo. No obstante, como es difícil conocer la procedencia de los productos que se encuentran en el mercado se recomendará añadir a la dieta complementos nutricionales de calidad.

Recomendaciones

MODISPAG

Además de la suplementación con ácidos grasos, es beneficioso en estos casos potenciar la capacidad adaptativa al entorno, y en MODISPAG encontramos un perfecto aliado. Este nutricéutico se encarga de la nutrición de la función nerviosa y de todas las funciones y tejidos relacionados con los procesos de comunicación y transmisión. Entre sus ingredientes se encuentra la vitamina B6, indispensable para la síntesis de diferentes neurotransmisores, y Cromo, que regula el metabolismo y los niveles de azúcar en sangre. MODISPAG contiene también cepas vegetales (Anethum graveolens, Avena sativa, Foeniculum vulgare, Origanum vulgare, Valeriana officinalis), con principios activos que brindan acción sedante, tonificante general, calmante y reequilibrante sobre el sistema nervioso. Contribuyen al mantenimiento de la memoria y y alivian nerviosismo, ansiedad, cambios de humor y dificultad para conciliar o mantener el sueño.

Además de la complementación nutricional antes mencionada con MODISPAG, una educación adecuada con estimulación equilibrada y armónica sobre el sistema nervioso del niño, todavía inmaduro, será siempre recomendable. En ocasiones puede ser beneficiosa la ayuda suplementaria en forma de psicoterapia, logopedia si hay trastornos de la expresión verbal o terapia ocupacional. Se aconsejará además mucha vida al aire libre y contacto con la naturaleza. Los deportes de equipo que conjugan actividad, socialización, contacto físico y coordinación favorecerán el desarrollo de los niños, sin olvidar el necesario equilibrio con actividades tranquilas en el hogar y una correcta higiene de sueño.