El magnesio es un mineral indispensable para el mantenimiento de múltiples funciones fisiológicas: participa en unos 350 sistemas enzimáticos y se ha detectado en hasta 3751 proteínas del organismo. Juega un importante papel en la obtención de energía con la formación de ATP y liberación de neurotransmisores, entre otras muchas acciones.
En lo referente a su papel en el mantenimiento de la inmunidad, participa en la activación de los glóbulos blancos, protagonistas de la respuesta del sistema inmunitario frente a las infecciones y otras agresiones externas o internas.
El magnesio, por otra parte, el magnesio es un cofactor para la vitamina C y la vitamina D. Por ello, es importante suplementar de forma conjunta estos compuestos.
Con el actual estilo de vida es muy frecuente el déficit de magnesio. Se estima que hasta en el 80% de la población occidental se encuentra con valores carenciales de este elemento. Esto puede ser atribuido a la dieta, las prácticas de agricultura intensiva, el estrés, la exposición a campos electromagnéticos e incluso al consumo de ciertos medicamentos como el omeprazol.
Por otro lado, la vitamina D tiene múltiples funciones en el organismo. Las más conocidas son las relativas al metabolismo del hueso, pero es destacable también su papel en la mejora de la función inmunológica.
Esta vitamina ejerce sus efectos biológicos sobre una estructura específica dentro de la célula, es decir, existen receptores para la vitamina D (VDR); tiene como precursor al colesterol, lo que debemos tener en cuenta por el extendido empleo de fármacos hipolipemiantes.
En lo referente a su papel en el mantenimiento de la inmunidad, participa en la activación de los glóbulos blancos, protagonistas de la respuesta del sistema inmunitario frente a las infecciones y otras agresiones externas o internas.
El magnesio, por otra parte, el magnesio es un cofactor para la vitamina C y la vitamina D. Por ello, es importante suplementar de forma conjunta estos compuestos.
Con el actual estilo de vida es muy frecuente el déficit de magnesio. Se estima que hasta en el 80% de la población occidental se encuentra con valores carenciales de este elemento. Esto puede ser atribuido a la dieta, las prácticas de agricultura intensiva, el estrés, la exposición a campos electromagnéticos e incluso al consumo de ciertos medicamentos como el omeprazol.
Es de todos conocido el déficit pandémico de vitamina D que se sufre en la actualidad. Se atribuye a una insuficiente exposición al sol, empleo de cremas con filtro solar y dieta pobre en vitamina D3 como pescado azul, huevos, etc. En la metabolización de esta vitamina participan, además de la piel, el hígado y el riñón. El sobrepeso, presente en 2/3 de la población occidental, también constituye un problema, puesto que al ser liposoluble esta vitamina se almacena en el tejido adiposo. Los defectos en la microbiota intestinal es otro factor a tener en cuenta para la deficiente absorción de esta vitamina, y a ella contribuyen, entre otros factores, la toma de muchos medicamentos y el déficit de magnesio.
La carencia de esta vitamina se traduce en debilidad inmunitaria, cansancio y fatiga, bajo estado de ánimo pues participa en la síntesis de serotonina e insomnio, todos ellos capaces de deprimir adicionalmente la respuesta defensiva.
A continuación, citaremos los nutricéuticos que pueden utilizarse para optimizar la función del magnesio, la vitamina D y los probióticos en el mantenimiento de la defensa inmunitaria :
Magnesium phosphoricum
yatrochymicum. Esta
sal bioinorgánica yatrochymica
favorece la regulación y el mantenimiento de la circulación energética. Propicia la estimulación defensiva: facilita la capacidad fagocitaria de los leucocitos y la activación del complemento. También es un importante cofactor para la funcionalidad de las vitaminas D y C.
Es un complemento alimenticio en formato gummies a base de vitamina D, vitamina K, fósforo y calcio. Mejora la respuesta inmunitaria y la capacidad defensiva. Igualmente, combate el cansancio y la fatiga, a la par que cuida del mantenimiento de óseo.
Combinación de probióticos, prebióticos y vitamina C concebida para reforzar la salud intestinal, la correcta microbiota y contribuir al mantenimiento del sistema inmunitario.
